viernes, 18 de abril de 2014

"Been so sick", Bluttie Kat (Madrid)

Por qué ser feliz cuando puedes ser funcional.
 
I
Estoy cansada de follar cuando lo que quiero es un abrazo o un hombro en el que llorar,
de que contar mis cosas sea necesitar un(a) terapeuta,
de que precisar mimos sea estar falta de cariño,
de que desear ser amada signifique ser una víctima de un cuento de princesas Disney,
de tenerme que montar orgías para parecer liberada a nivel sexual,
de que cada vez que me des cariño sea para meterme la mano en las bragas,
de que lo salvaje en mí tenga que salir sólo de forma momentánea,
de que mi hipersexualidad sea un síntoma de mis traumatismos,
de estar obligada a follar por amor,
de que el sexo nunca pueda ser con amor,
y de que amarte signifique que me he entregado a mi rol de sexo.



II
De que hacer ejercicio, y alimentarme sin mierdas, y no fumar, y no beber, y no drogarme, y depilarme sea ser una esclava social,
y no haber decidido sobre mi propio cuerpo.
De que si no soy minuciosa en esto es que soy una mediocre.
De que no entrar a competir sea tener miedo a la derrota.
De que ser una freak sea algo que se me pasará cuando crezca.
De que todo saber social se haya convertido en mero postureo,
de tener que postear y estar titulada de todo lo que aprendo,
de que el feminismo parezca relegado a un debate universitario,
de que no saber expresar con determinado lenguaje signifique no conocer una realidad profundamente.

III
Estoy harta de que hagas normalidad de tu maltrato,
de tener que frivolizar para no parecer que soy vulnerable,
de que estar debilitada por las circunstancias signifique ser débil,
de tener que hacer de tripas corazón con mis cicatrices,
de taparme los moratones de juegos que he consensuado para no parecer una frígida con sonrisas y falsos orgasmos como si nada hubiese pasado,
de que si no soporto sea porque no estoy a la altura,
de que lo mío sean tonterías y lo tuyo  temas trascendentales,
de que expresar mi dolor implique ser una quejica,
de aquello de ‘cuando a ti te azoto no hace gracia porque no aguantas tanto como otras’,
de esto otro: ‘no eres una buena sumisa’;
de los ‘maravillosos 40 kilitos’ de las modelos de shibari que tanto te gustan,
de que lo que a ti te excite sea hacerme daño,
y de que lo que yo te inspire sea partirme la cara.
De sentirme rara porque no me gusten las pollas,
de creer que con las palizas se me pasará todo esto.
De ‘¿eres lesbiana de antes o después de que te hubieran violado?’,
de que si no eres heterosexual y han abusado de ti, tu lesbianismo sea un trauma;
de que mi deseo sexual sea relegado a una cojera cognitiva.
De que digan que un padre tirano y una madre obediente te enloquecen el deseo,
De sentirme culpable cuando tengo muy claro qué me excita
y de que todo en el lesbianismo sea vestirse de blanco y tener niñxs.
(¿Dónde se supone que estaba tu polla sanadora cargada de sentimentalismo
para curar la enfermedad de mi homosexualidad a tiempo?
En fin, tú no estabas en el lugar adecuado.
Entiéndeme el sarcasmo, cariño.)
De tener que martirizarme  o enfermar para ser cuidada,
de que mi sacrificio sea un síntoma de afecto y el tuyo que yo soy una manipuladora,
de que lo tuyo sea sublime y lo mío tonterías de niña chica,
de que lo mío es ser una rarita y lo tuyo ser especial.
de que lo mejor de mí sea lo que tenemos en común, y no lo que es tan diferente a tus gustos,
de que mi sexualidad y mi desnudo sean bajo tu tutela,
y el tuyo cuando tú quieras, y un símbolo de tu independencia.
De que mi autoestima sea algo para que no parezca que dependo de ti,
de que la tuya sea algo a pesar de mi existencia a tu lado.
De que me obligues a comer lo tuyo sin que yo te haya pedido que cocines,
de que si no lo hago es que tengo un problema de alimentación
y de que, cuando lo haga, te mofes de que estoy gorda.
Estoy cansada de desprecios a lo que me gusta,
de burlas hacia lo que me causa bienestar.
De que si aguanto tus bofetadas es porque se me moja el coño cuando lo haces.
De que ir con poca ropa sea ir provocando, y eso quite que tú seas un acosador sexual.
Estoy cansada de que mi apetito sexual signifique ninfomanía,
de que mi sadomasoquismo siempre sea jerarquizable,
de que mis fantasías vainilla sean irrisorias,
de tenerme que tocar para ti, por ti,
y que mira qué buena persona eres que te importa mi placer sobre el tuyo;
de que me chantajees diciendo que si no quiero follar es porque no me gustas,
de que si no te corres es por mi impertinencia,
de que si no orgasmo es por mi inutilidad, o tal vez porque tenga un problema.
De que lo que hago con mi vida,
xxxxxxxxxxxxxxxxxx con mi cuerpo,
xxxxxxxxxxxxxxxxxx con mi tiempo,
siempre te hagan daño;
de que nunca sepa nada de la vida,
de aquello de ‘ya cambiaré cuando pasen los años’.
De que tus desprecios e infravaloraciones en voz baja sean lecciones de vida,
y de que cuando te pegue un grito es para destrozarte a nivel emocional.
De que huir de ti es no saberme enfrentar al asunto,
de que sea un síntoma de ternura quedarme callada a tu lado.
De que cuando tú te vas sea porque te tengo hartx,
de que cuando yo me voy es porque soy una ñoña.
De que mis chistes sean estúpidos y los tuyos ideas ingeniosas.
De que mis historias sean meras anécdotas y las tuyas dignas de alabanza.
De que mis méritos sean un mero enhorabuena y los tuyos merezcan una celebración.

IV
Estoy tan agotada
de dar vueltas por la ciudad con los pensamientos haciendo elipsis en mi cabeza,
como la luna sobre la Tierra y la Tierra alrededor del Sol,
pero en delirante, esquizofrénico, incoherente y retroactivo.
De no saber cómo no repetir patrones de conducta cargados de toxicidad.
De que todo sea un más de lo mismo dentro del círculo de la violencia.
Estoy confusa: la bondad se ha convertido en un afrodisiaco;
la carencia de violencia algo que agradecer cada día,
los halagos los tomo como mentiras con los intentas hacerme sentirme mejor conmigo misma,
lo abrazos algo que no me merezco y me das porque te doy pena,
el sexo, que lo es todo, un continuo demostrarme que no le tengo miedo;
y mi cuerpo, mi templo, mi cielo, siempre desnudo, que se note que soy libre.
Estoy
tan acostumbrada a defenderme,
que necesito tensión para resolver conflictos;
tan cansada de estar alerta: a ver cuándo no me doy cuenta y todo ha vuelto a ser una batalla);
y temo tanto ser de nuevo aquello que me ha estropeado por dentro.
Creo: que estoy en mi legítimo derecho
de decir que no sé cómo actuar,
de sólo saber qué no quiero repetir.
El tema es que a veces sabes que quieres algo,
pero no tienes claro qué es lo que quieres exactamente.
I’m so full of strength, but so sick.

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