sábado, 21 de marzo de 2015

Duelo


Cuando tenía 16 años (de hecho unos días antes de cumplirlos) se mató una amiga mía en un accidente de moto. Este tipo de amigas mejores amigas adolescentes amigas para siempre. De ese tipo de amigas que ya sabíamos qué íbamos a estudiar al terminar el instituto, y que habíamos decidido que iríamos las dos a Valencia a estudiar psicología juntas, y bueno, amigas mellizas juntas forever.

viernes, 20 de marzo de 2015

II. Ya están todas en casa, marchamos.


[Tras leer Billete de vuelta
Carmen Juan, en Amar la herida (2014)]



No hay prisa ni hay ya urgencia.

I. Todo está tan nítido, si me gritaran ahora podría escucharlo.


[Resonando Los muertos no se asustan con la lluvia,
Carmen Juan, en Amar la herida (2014)]




Son las 7 en esta ciudad espesa y saturada y ya es Amar la herida.

- . Ahora tengo un nombre

Andaba por el bosque desnuda, con el pelo y el cuerpo revuelto, magullada, sucia de sorda y hueca desesperación. Andaba buscando un árbol, cualquier árbol, una casa. Me he ido metiendo en todos los pozos de agua estancada, he ido caminando por todos los barros de arenas movedizas, he ido buscando el bucle que tapara todos los poros de mi cuerpo hasta no dejarme respirar, que me llenara la garganta para no dejar resquicio de aire, que me llenara los oídos para amortiguar los sonidos hasta el silencio, que me inundara la caja torácica hasta que dejara de resonar. 

miércoles, 18 de marzo de 2015

Hasta aquí has llegado

No querer una relación íntima contigo no es no reconocer tu existencia. 

De hecho, el pretender poder compartir espacios políticos es una forma de reconocimiento, tanto de tu persona como del interés que me genera lo que tengas que aportar a esta nuestra comunidad (transfeminista, bucle, precaria, punk, etc.). Porque sí, aunque no lo elijamos formamos parte de la misma comunidad.

De hecho, tú existes aunque yo no te mire. Tú existes, eres, vives. Aunque yo no quiera una relación contigo. Yo no tengo el poder de dar cuerpo a tu existencia, nadie lo tiene.

Pero ya corté, ya está. Sólo ves las cosas en relación contigo. Autoreferencial hasta el hastío. Tú, tú, tú y lo que tú necesitas y lo que tú recibes y dónde estás tú y cómo recibes tú y tú, y más tú. Pero las relaciones vinculan a una persona con otra(s). Las otras también tenemos que estar presentes con nuestras cosas.

Me tomé mi espacio para mis cosas QUE NO TENÍAN NADA QUE VER CONTIGO y en un mes estaba en un pozo de culpa en el que sin saber cómo habíamos llegado ahí yo te preguntaba todo el rato qué necesitas y siempre me sentía mal y nunca estaba bien lo que dijera e hiciera lo que hiciera, y cada vez peor y más intenso. Me sentí manipulada. Hacía mucho que no me sentía atrapada así y me asusté. Puse límites inmediatos, no puedo ni quiero gestionar emocionalmente en una relación en la que soy colocada en ese lugar y en una intensidad que yo no he decidido. Entendí que el lugar desde donde pedías e interpretabas era complicado (así como el mío) y traté de poner espacio sin juzgar. Ha pasado más tiempo desde que te puse estos límites que el tiempo que habíamos compartido conociéndonos. No has soltado en todo este tiempo, a pesar de claramente no quedar contigo y no contestar a tus mensajes. A pesar de que en tu último sms me decías que te sentías un poco acosador. Pues sí, es desmedido. Más de 6 meses escribiéndome y sin contestarte pero sientes que sigue cabiendo tu volcado emocional. Esto es un indicador.

Esto no va de lo personal es político y de que te rechace por ser diferente. Es puro y duro romanticismo. No puedes exigir que otra persona quiera mantener una relación contigo. No puedes imponer una gestión en común, eso es violencia. 

Y claro, si no gestiono las cosas como (sorpresa) tú lo harías entonces es que soy una farsante. Porque hasta los planteamientos políticos y las estrategias para construir redes se reducen a lo que cada persona decide compartir contigo. Claro. Porque hay un único feminismo, una única manera de entender la salud mental desde lo comunitario con perspectiva feminista, y es la tuya, claro. Claro.

PUES QUÉDATELA. Pero en serio, déjame en paz.




[No se te ocurra comentar. Esta es mi casa y no eres bienvenidx.]